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Plan para salvar la Sala Cultural de Comuneros de Castilla

Mientras la Fundación Caja Burgos pretende cerrar la sala, IU propone un plan viable para mantener este centro cultural vivo

Hace poco la Fundación de Caja Burgos anunciaba su decisión de cerrar el Teatro, sala cultural de Comuneros de Castilla. Una fundación perteneciente al sector bancario/financiero que cierra un espacio cultural para nuestros vecinos y vecinas.

Para Izquierda Unida esta sala es muy importante y cumple con una función social y cultural a la que no podemos renunciar. Multitud de actividades se han desarrollado en este centro: charlas, obras, conciertos, danza…

Numerosos colectivos culturales de la ciudad han contribuido a su programación y nos sumamos a su voluntad de darle continuidad. Además reúne unas condiciones inmejorables de acceso, sonido, aforo, escenario amplio, disposición de butacas y mucho más.

Por todo ello proponemos el siguiente Plan para mantener este espacio como un centro cultural para todos y todas las mirandesas:

1.- Que el Ayuntamiento solicite a dicha Fundación la cesión del espacio

2.- Aprobar una partida presupuestaria para mantenimiento y suministros básicos (luz, calefacción, agua…)

3.- Garantizar un programa cultural coparticipado y a propuesta de los colectivos culturales de la ciudad (proyectos audiovisuales, charlas, conciertos, obras de teatro, coros…)

4.- Cofinanciar la programación cultural, garantizando que haya una parte de ella gratuita para garantizar el acceso de todos/as a la cultura

5.- Preparar un proyecto de modernización y adecuación de la instalación para concurrir a convocatorias de subvenciones europeas y estatales

6.- Iniciar un proceso participativo para que los y las mirandesas decidan el nombre de la sala de gestión pública

El tejido asociativo cultural de la ciudad es numeroso, variado, comprometido y valora la importancia de mantener espacios culturales. Sabemos que se involucrarán para seguir dando vida a la cultura local.

La solución esta en nuestras manos, es cuestión de voluntad política por parte del Ayuntamiento. Es el momento de pasar de las palabras a los hechos y priorizar políticas culturales más allá de las buenas palabras y los discursos electorales.

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