Feminismo

8 DE MARZO, DÍA INTERNACIONAL DE LAS MUJERES

El 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres reivindica y visibiliza la lucha de las mujeres por sus derechos.

            La pandemia del COVID-19 ha puesto de relevancia la precariedad estructural de nuestro sistema tras años de políticas neoliberales. Estamos ante una situación de crisis social y económica y no podemos permitir una respuesta sin enfoque feminista que acentúe las desigualdades que viven las mujeres. Debemos abordar esta crisis no como la de 2008 con austeridad y recortes, sino enfocarnos en la reconstrucción de lo público y en una lucha contra la precariedad, la falta de derechos y las desigualdades que vivimos las mujeres en nuestra diversidad.

            Las mujeres realizamos una parte muy importante de los trabajos esenciales, como hemos visto durante este periodo. Tanto en el ámbito sanitario, como en el sociosanitario (centros de mayores, ayuda a domicilio…) en el de la alimentación, en la limpieza, en la enseñanza. La mayoría de estos trabajos feminizados son precarios y con bajos salarios.

            A esto se suma el desigual reparto de las tareas de cuidados. El 70% de estas tareas son realizadas por las mujeres, a las que muchas han sumado el teletrabajo, el cuidado y sostén de las personas de la casa, una sobrecarga de trabajo que no se ha visto respondida con mecanismos de corresponsabilidad desde todos los ámbitos: administraciones, empresas y hombres.

            Ambos elementos concurren juntos para establecer un suelo pegajoso que dificulta a las mujeres el desarrollo de su proyecto vital y las bases de la brecha salarial, por la que las mujeres cobramos de media 5.941 euros al año menos que los hombres. A largo plazo, esta brecha salarial afecta a sus pensiones. Además, sufrimos mayor riesgo de pobreza y exclusión social que los hombres, especialmente en los hogares monomarentales.

            Por último, se estima que la crisis económica provocada por la pandemia también afecta más a las mujeres, ya que no debemos olvidar, que tenemos mayor tasa de desempleo y que esto se acentúa entre las personas jóvenes.

            Frente a esta situación, se han elaborado pactos por la recuperación económica en todos los niveles de la administración para incidir y compensar los efectos de la pandemia. Pero no se ha incluido una perspectiva feminista, que sería lo que evitaría un retroceso en los derechos adquiridos ya que en las crisis anteriores se ha producido un incremento de las desigualdades y un refuerzo de las discriminaciones.

            Necesitamos un cambio de lógica que coloque los cuidados en el centro, las necesidades de las personas como prioridades y desplace la obtención de beneficio como único motor de la sociedad.

            El patriarcado hace  recaer en las mujeres gran parte de lo que debería ser atendido a través de los servicios públicos y la corresponsabilidad de los hombres. Ello exige fortalecer las políticas públicas y leyes en materia de dependencia y servicios sociales. Un claro ejemplo de ello, han sido las residencias de mayores que necesitan una reestructuración profunda para garantizar una atención de calidad y mejorar las condiciones laborales de las personas, mayoritariamente mujeres, que trabajan en ellas.

            Las mujeres migrantes son relegadas y forzadas a los trabajos más precarizados y a la vez de los más esenciales, como el trabajo doméstico y de cuidados o la recogida de la fruta. Todo ello con negación de derechos, abusos laborales y sufriendo situaciones de violencia machista. Por ello exigimos unas políticas de extranjería que respeten los derechos humanos y unas políticas públicas estatales que creen alternativas para las trabajadoras migrantes en situación administrativa irregular.

            Las mujeres en situación de explotación sexual no se han visto protegidas en este contexto ni se han garantizado medidas efectivas para el cierre de esta actividad a pesar del riesgo para la salud. Se ha preferido mantener mirar para otro lado. Todo ello hace imprescindible la puesta en marcha de políticas públicas y protocolos globales contra la trata, para que las mujeres víctimas de trata y en situación de explotación sexual tengan alternativas formativas y laborales, habitacionales y mecanismos de asilo y protección reales. Además es necesario avanzar hacia una Ley Abolicionista en nuestro país.

            En un momento donde se están incrementando los índices de pobreza y exclusión no podemos olvidarnos del negocio de los vientres/úteros de alquiler, que recordemos, afecta sobre todo a mujeres pobres que son quienes se ven abocadas a esta forma de explotación capitalista y patriarcal que sigue creando nichos de mercado a costa de la mercantilización de los cuerpos de las mujeres.

            Seguimos siendo invisibles en la historia por lo que seguiremos potenciando todas las actuaciones que recuperen nuestra memoria histórica y sirvan de referentes a las mujeres actuales y futuras.

            También este año se ha impulsado la ley de libertad sexual imprescindible para garantizar el consentimiento y hacer entender que solo si es si. Y es que queda mucho camino que recorrer en este sentido y es imprescindible que se acompañe de una educación afectivo-sexual desde la igualdad y la diversidad sexual.

            La práctica de la interrupción voluntaria del embarazo no está garantizada para todas las mujeres y exigimos que se realicen de forma gratuita y dentro del Sistema de Salud público, y denunciamos la represión hacia quienes encabezan la lucha por los derechos sexuales y reproductivos.

            Hoy, el feminismo sigue siendo imprescindible para conseguir una sociedad  justa, igualitaria y sostenible.

            Qué viva la lucha de las mujeres!!

ÁREA DE MUJER DE IU

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba